lunes, 29 de marzo de 2010

Fragmento de infancia a través de una lectura.

Hoy pude salir de mi propio encierro mental por un rato, varios me apartaron de ese lugar donde me encuentro recluida por estos días. Debo contar que hice un nuevo amigo, un libro. Nunca voy a olvidar lo mucho que me fascinó El cuento número trece y cómo me envolvió con su manto de expectación en estos momentos en los que necesitaba distraerme tanto; me abrió la puerta a otro mundo y me trasladó a mi propia infancia, en la que admito que leía para sumergirme en historias magníficas que me alejaran de mi realidad hecha pedazos. De grande ningún libro había conseguido emitirme ese efecto.

Había olvidado de dónde provenía mi pasión por la lectura. Las noches en que gritos y pesadillas me llenaban de miedo y ellos eran mi única escapatoria: Las mil y una noches, el principito, Harry Potter, las historias de Hans Christian Andersen. Ahora soy capaz de evocar mis antiguos sentimientos. ¿Cómo he podido anular esos recuerdos? Lo pienso y no puedo perdonármelo.

Me abstraía. De pequeña comenzó a convertirse en una obsesión. Mi mayor entretenimiento consistía en jugar sola imaginando que estaba rodeada de los personajes de mis libros; así fue como apareció mi amiga imaginaria Tinina, pero solo la mencionaré de pasada, ella no tiene especial relevancia en este momento. Cambiaba mi voz al hablar, mi papá lo odiaba "Habla bien, tu no hablas así" Me decía severo, como hastiado de mis juegos...

¿Cómo suprimí todo eso de mi mente? Y mas cuando estoy convencida de que eso es parte fundamental de mi historia, de lo que soy... Creo que lo que ocurrió es que llegó un momento en el que crecí y dejé de necesitar vivir en mundos de fantasía, fue entonces cuando mi amor a la lectura evolucionó y dejó de ser esa extraña obsesión...

El cuento número trece... me hizo rememorar parte de mi pasado olvidado, a partir de este día tendrá un especial lugar en mi corazón y la razón, como comprenderán, va mas allá de su grandiosa y enigmática trama.

Quizás esta noche Hans Christian Andersen me visite en sueños y me recuerde que valió la pena disfrazar mi sufrimiento de pequeña al sustituirlo por sus espléndidos relatos.

5 comentarios:

Alicia Zapata dijo...

Ay que hermoso *-* me recuerda mucho a lo que yo solía hacer de pequeña ^^
pero no me queda muy claro de qué trata el libro... :3

Ginna Ginny. dijo...

Lo noté, pero si explicaba la trama la entrada sería eterna xD. Debes leerlo, estoy segura de que te gustará, no quiero adelantarte nada (Como tampoco lo hicieron conmigo cuando me lo recomendaron) pero te doy mi palabra de que vale la pena, es asombroso.

Magenta Worstblood dijo...

Yo quiero saber más sobre Tinina. :)

Siempre he pensado que podemos crecer físicamente, pero si olvidamos alimentar de vez en cuando al niño que hay en nosotros, morimos. Morimos de madurez.

Ness! dijo...

A veces me sorprende lo mucho que puedo llegar a comprenderte... Y a veces solo comprenderte me parece inútil. Voy a comprar el libro en cuanto tenga dinero.

Angelo.. dijo...

bien hechoo... verdad que es genial.? yo lo ame y que fino que pudo hacer eso en ti... que impresionante como cada libro llena a cada quien de una forma distinta...